Las rejillas metálicas, también conocidas como tramex, pertenecen a este grupo de elementos estructurales que en el ámbito industrial están consideradas como imprescindibles, una pieza muy resistente que se fabrica con el objetivo de cumplir de manera eficiente con un buen número de necesidades. A continuación hablamos de las rejillas industriales.
Existen objetos que, desde los más oscuros y olvidados rincones, desde el silencio de un trabajo constante y cotidiano, aportan una mejora notable e invisible en la calidad de vida de los ciudadanos.
Las rejillas metálicas se caracterizan por su tremenda versatilidad para los más diversos usos, y podemos encontrarla en multitud de sectores industriales y obra civil.
Si quieres hacer la prueba, date un paseo por la ciudad y podrás encontrarla como elemento drenante de aguas en la ciudad, como un vallado o incluso en fachadas.
Aunque a menudo pasan desapercibidas en el entorno industrial, las rejillas metálicas son elementos clave que aseguran la eficiencia y la seguridad en diversas aplicaciones. Además de las rejillas electroforjadas, es importante considerar otros aspectos que contribuyen a la excelencia de estos productos.
Uno de estos aspectos es la capacidad de personalización que ofrecen las rejillas metálicas. No todas las aplicaciones industriales son iguales, y cada proyecto puede requerir dimensiones, espesores y acabados específicos. La posibilidad de adaptar las rejillas a las necesidades concretas del cliente es fundamental para garantizar un rendimiento óptimo y una integración perfecta en las instalaciones.
Tipos de rejillas según su fabricación
El uso que se le vayan a dar a las rejillas metálicas o tramex influye a la hora de elegir el método de fabricación y la propia configuración de las dimensiones del elemento.
De este modo, existen tres tipos claramente diferenciados, en función de su fabricación: la rejilla soldada, la rejilla prensada y la rejilla electrosoldada.
El acero al carbono es el material más común en la fabricación de rejillas metálicas, pudiendo ser suministrada algunas de sus variantes, en acero inoxidable y acero corten.
Las solicitaciones a las que esté sometida determinan su calidad y acabado, siendo el más recomendable el galvanizado, que aporta la protección indispensable contra la corrosión.
Grupo Relesa, posee un experimentado equipo que te ayudará a elegir la mejor solución de rejilla metálica o tramex para tu proyecto.
La rejilla electroforjada o electrosoldada
Posiblemente el tipo de rejilla mejor valorada y más demandada por la industria en general.
Esta rejilla electroforjada , o electrosoldada, consta de pletinas portantes y cuadradillos entregirados unidos mediante la acción combinada de soldadura por fusión, sin aporte de material, y de presión concentrada sobre los nudos, garantizándose la fusión en cada intersección y el monolitismo de la rejilla.
En este sentido, Grupo Relesa ha logrado diversificar el uso de las rejillas metálicas a cualquier tipo de aplicación gracias a la gran versatilidad de su producción.
La rejilla electroforjada o electrosoldada está considerada en el sector como el producto mejor acabado, el más óptimo para todo tipo de soluciones en la industria.
Principales ventajas de la rejilla electroforjada
Entre sus principales características que le permiten sobresalir del resto de tipos de rejillas cabe destacar que la unión entre la portante y la varilla separadora es rígida, gracias a la técnica mencionada de soldadora de fusión con presión en la que no se necesita aportar ningún tipo de material extra.
Por otro lado, este diseño admite recortes y formas variadas sin que exista peligro alguno de desarmarse.
Aunque una de sus propiedades más llamativas e importantes es su monolitismo, es decir, en el aspecto mecánico actúa como una sola pieza, como un conjunto plenamente unido. Así mismo, es un elemento permeable que evita la acumulación de líquidos, por lo que su limpieza resulta muy fácil de llevar a cabo.
Las rejillas electroforjadas, una vez galvanizadas, van a presentar una gran resistencia al deterioro, una vez más gracias al tipo de soldadura ejercida entre la varilla y la pletina, pues no se generan huecos ni intersticios en las uniones que deriven en puntos críticos de corrosión.
En relación a la seguridad de las personas, también aporta un extra de gran importancia, ya que permite crear superficies antideslizantes y proveer elementos a la rejilla que impiden la caída de objetos a través de ellas. Estos complementos estarán sujetos a las actuales normativas internacionales.
Por último, destacar que las rejillas metálicas electroforjadas están consideradas como elementos amigables con el medio ambiente, y no solo porque se adaptan perfectamente a la industria de las energías renovables.
El acero con el que se fabrican es un material que se produce con un bajo impacto ecológico, ya que no tiene desperdicios, es reciclable y responde a los principios de sostenibilidad más que cualquier otro material.
Además, cuenta con una tasa de recuperación para reciclaje en torno al 98% y su ciclo de vida es ilimitado, ya que puede ser reciclado innumerables veces.
La importancia de la galvanización en las rejillas metálicas y electroforjadas
Como sabemos, el proceso de galvanización para recubrir el hierro y el acero se lleva a cabo mediante la inmersión de la pieza en un baño de zinc fundido. Este tratamiento tiene como objetivo evitar la oxidación y la corrosión por contacto con la humedad y la contaminación ambiental.
Este procedimiento comienza con la limpieza en profundidad de las piezas eliminando todas las grasas (desengrase) y óxidos (decapado) que porten. A continuación, se introducen en un baño de zinc fundido a 450ºC.
Al introducirse la rejilla sufrirá una reacción químico-metalúrgica entre el hierro y el zinc que la componen, con varias capas de aleación hierro-zinc y una capa exterior de zinc puro, garantizando con ello un espesor de zinc muy superior al cincado electrolítico y también al galvanizado en caliente por proceso continuo.
El recubrimiento constituye una aleación metalúrgica superficial con 3 capas de aleaciones Fe- Zn, y una cuarta más externa de zinc puro.
Las aleaciones Fe-Zn, aunque frágiles, son más duras que el acero base, esto implica una alta resistencia a golpes o rozaduras sin desprenderse.
Los beneficios de este procedimiento de protección son muchos y variados, entre los que cabe destacar el aumento notable de su durabilidad.
la durabilidad de las rejillas metálicas no solo depende del material y el proceso de galvanización, sino también del mantenimiento adecuado. Aunque están diseñadas para resistir condiciones adversas, un mantenimiento preventivo regular puede prolongar significativamente su vida útil. Inspeccionar las rejillas en busca de signos de desgaste o corrosión y realizar las reparaciones necesarias a tiempo es crucial para mantener la seguridad y funcionalidad en el entorno industrial.
Otro factor a destacar es la importancia de elegir proveedores que cumplan con estándares de calidad certificados. Las rejillas metálicas que han sido sometidas a rigurosos controles de calidad ofrecen una mayor garantía de rendimiento y seguridad, lo que se traduce en una inversión más inteligente a largo plazo.
Por último, en un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, es vital considerar el ciclo de vida completo de las rejillas metálicas.
Si estás pensando en colocar rejillas electrosoldadas industriales en tu empresa, consulta todos nuestros modelos de rejillas o bien puedes contactar con nuestro el equipo comercial del Grupo Relesa para que te asesoren en la elección.